sábado, 28 de abril de 2012

Científicos consideran que la adolescencia termina a los 25 años


Robert Blum, profesor de la escuela de Salud Pública Johns Hopkins Bloomberg, en convención de la ONU dijo que “el cerebro humano madura hasta los 25 años, sólo a esa edad el cerebro se ha desarrollado completamente. 
Antes de eso, no está bien equipado para, por ejemplo, evaluar racionalmente el riesgo o resistir-como si lo hace un cerebro adulto – a decisiones influenciadas por las condiciones estresantes o emocionantes.
El investigador publica en un medio científico, junto a otros expertos, que la adolescencia debiera entenderse como el período que se extiende entre los 10 y 24 años, ya que el desarrollo físico – que es lo considerado hasta ahora- no es suficiente para establecer el paso a la adultez.
De hecho, los expertos mencionan estudios que han revelado -a través de imágenes cerebrales- que las primeras áreas que maduran en el cerebro son las asociadas a las emociones, lo que explica por qué los actos de los jóvenes no son racionales y toman riesgos que ningún adulto asumiría.
Los sicólogos clínicos de la U. de Virginia, Joe Allen y su esposa, Claudia Worrell, no sólo han postulado que la adolescencia es un “invento” de la sociedad postindustrial (después de los 50), sino que diversos estudios han revelado que los cerebros adolescentes en tiempos pasados eran más maduros que los actuales y que eso se debe a la progresiva sobreprotección paterna actual que les impide que accedan íntegramente al mundo de los “grandes”.
pysnnoticias.com

El truco del cerebro que nos permite oír selectivamente


Cuántas veces no hemos escuchado el reclamo de “¡es que nunca escuchas lo que digo!”.
Ahora científicos en Estados Unidos lograron entender cuáles son los mecanismos que subyacen a este “oído selectivo”, cuando oímos sólo lo que queremos escuchar e ignoramos lo que no nos conviene oír.
Descubrieron que el cerebro puede utilizar filtros que permiten seleccionar sonidos en ambientes ruidosos, como la conversación de una sola persona en una fiesta o una multitud, e ignorar el resto.
El estudio, dicen los científicos en la revista Nature, es un avance importante en el entendimiento de cómo el cerebro humano procesa el lenguaje.
Desde hace tiempo se sabe que los seres humanos somos capaces de escuchar selectivamente, incluso se ha acuñado un nombre para este proceso, el “efecto de la fiesta de coctel”.
Aunque se conoce esta capacidad humana de extraer un sonido especial en un ambiente sonoro, hasta ahora no se había logrado entender cómo son los procesos que nos permiten llevarla a cabo.
“Los mecanismos de cómo funciona este efecto en el cerebro no se conocen con claridad” explica a la BBC el doctor Edward Chang, profesor de neurocirugía de la Universidad de California en San Francisco, quien dirigió la investigación.
“Y nuestro objetivo era entender cómo el cerebro lleva a cabo este proceso, en qué región cerebral ocurre y que otros factores están involucrados, por ejemplo, qué tan rápido pasa nuestra atención de un hablante a otro”.

PROCESAMIENTO CEREBRAL

La investigación fue llevada a cabo con tres pacientes que iban a ser sometidos a cirugía cerebral debido a su epilepsia severa.
Parte de la cirugía involucraba ubicar las regiones del cerebro responsables de las discapacitantes convulsiones causadas por la enfermedad.
Para ello los científicos trazaron un mapa de la actividad del cerebro implantando 256 electrodos debajo del cráneo de los pacientes, sobre la corteza cerebral.
Entre las regiones que registraban los electrodos estaba el lóbulo temporal, la zona cerebral encargada de procesar los sonidos y de nuestra capacidad de escuchar.
En el experimento los pacientes debían escuchar dos muestras de habla presentadas simultáneamente, las muestras eran de diferentes frases habladas por diferentes individuos.
“Durante la prueba presentamos a los pacientes claves aleatorias para que cambiaran su atención de un hablante a otro o escucharan a uno solo de los hablantes” explica el profesor Chang.
“El objetivo era ver qué neuronas se activaban en el cerebro cuando escuchamos sonidos selectivos, cuando sólo ponemos atención en lo que queremos escuchar”.
Con estos datos los investigadores desarrollaron un algoritmo para analizar los patrones de actividad cerebral.
Descubrieron que las respuestas neurales en la corteza auditiva sólo se activaban cuando hablaba el individuo que los pacientes debían o querían escuchar.
Y el cerebro ignoraba el resto.
Es lo mismo que ocurre cuando un hombre ignora lo que su esposa le está diciendo a pesar de que esté al lado de ella, dice el profesor Chang.
“Esto significa que el cerebro está ignorando la información auditiva que no nos interesa, aunque lo estemos escuchando muy de cerca, y esto nos permite ocuparnos de otros pensamientos que sí nos interesan” dice el investigador a la BBC.
El estudio, agrega el científico, abre la posibilidad de nuevas investigaciones sobre las experiencias subjetivas de la mente, algo que hasta ahora no ha podido ser investigado.
Y también tendrá implicaciones para el tratamiento de enfermedad.
“Una de las implicaciones es que cuando envejecemos nuestra capacidad de escuchar en ambientes ruidosos se degrada mucho” dice el profesor Chang.
“Así que a medida que logremos entender cómo nuestro cerebro nos permite enfocarnos en ciertos estímulos sonoros ambientales quizás podremos encontrar formas de rehabilitar a las personas con problemas en su capacidad auditiva y a aquéllos con déficits de atención o de lenguaje” señala el investigador.
elmostrador.cl

jueves, 5 de abril de 2012

La memoria disminuye más conforme se acerca la muerte



Diferentes habilidades de pensamiento y memoria tienden a disminuir de 8 a 17 veces más rápido que antes de este período terminal


La memoria de las personas se deteriora a un ritmo más rápido en los últimos dos años y medio de vida que en cualquier otro momento después de que comienzan los problemas, indicó un estudio del Centro Médico de la Universidad Rush de Chicago.
 
Una segunda investigación difundida por la UR y publicada por la revista Neurology de la Academia Estadunidense de Neurología, muestra que mantenerse mentalmente activo a través de juegos de mesa o la lectura puede ser la mejor manera de preservar la memoria durante la vejez.
 
Para el primer estudio los investigadores, encabezados por Robert S. Wilson, neurosicólogo del CM de la Universidad Rush (UR), usaron el final de la vida como punto de referencia en lugar del nacimiento para valorar la pérdida de memoria.
 
Se dio seguimiento a 174 sacerdotes católicos, monjas y monjes que no tenían problemas de memoria, durante seis a 15 años antes de su muerte.
 
Después de su fallecimiento se examinaron las características de los cerebros y las presencia de marcas relacionadas con la enfermedad de Alzheimer.
 
El estudio encontró que en un promedio de alrededor de dos años y medio antes de la muerte diferentes habilidades de pensamiento y memoria tienden a disminuir, con tasas que eran de 8 a 17 veces más rápido que antes de este período terminal.
 
Los niveles más altos de placas y ovillos cerebrales relacionados con el Alzheimer estaban vinculados a un inicio más temprano de este período final, pero no a la tasa de declive de la memoria durante el mismo.
 
El segundo estudio, también realizado por Wilson y patrocinado por el Instituto Nacional sobre el Envejecimiento y el Departamento de Salud de Illinois, se centró en las actividades mentales, en las que participaron mil 76 personas, con una edad promedio de 80 años y libres de demencia.
 
Los participantes se sometieron a exámenes anuales de la memoria durante unos cinco años, en los que reportaron con que frecuencia leían el periódico, escribían cartas, visitaban una biblioteca y participaban en juegos de mesa como el ajedrez o las damas.
 
La frecuencia de estas actividades mentales se clasificaron en una escala del uno al cinco, donde uno significaba una vez al año o menos y cinco todos los días o casi todos los días.
 
"Esto sugiere una relación de causa y efecto: que el ser mentalmente activo lleva a una mejor salud cognitiva en la vejez", dijo Wilson.
 
Sin embargo, los resultados mostraron que la participación en actividades que estimulan la mente y el funcionamiento mental disminuyen a un ritmo similar en los últimos años.
 
Los investigadores también descubrieron que podían predecir el nivel de los participantes sobre el funcionamiento cognitivo al mirar su nivel de actividad mental en el año anterior, pero no servía para predecirla de manera posterior.


informador.com.mx